La puesta en escena de Dibujos animados para no sentir dolor, de Vera Rivas, parte de una premisa muy concreta: las caricaturas como medio de exposición de nuestras incongruencias en los mecanismos de búsqueda de sentido y convivio social. El texto, absurdo y cómico, se revela de a poco contra instituciones y estructuras morales defectuosas que hemos normalizado y, a veces, hasta aplaudido. Los dibujos animados siempre han sido disruptivos en su forma tan gráfica, nihilista, y sencilla de evidenciar su mundo, su época y su gente. Así como también han sido herramienta de control por su accesibilidad y amable virtud de edulcorar temáticas complejas y de gravedad. En más de una ocasión nos han mostrado que no son solo divertimento infantil, sino una elaboradísima construcción de símbolos, narrativas y discursos.
¿Cómo sería la vida de haber hecho caso a las caricaturas de la infancia cuando nos advertían del futuro y del mundo adulto? Dibujos animados para no sentir dolor es un viaje por los tártaros de la adultez, pero visto y habitado por estos seres surreales que veíamos en la televisión y que buscan sacudirnos la apatía de lo cotidiano para cuestionar los conceptos que construyen la idea de autorrealización en el mundo.
¿Qué pensábamos del amor, de la utopía, la política, el arte, el éxito y lo espiritual cuando niños? ¿Y cómo lo hacemos hoy? Seis caricaturas donde la sátira, la acidez y el humor negro nos invitan a repensar el mundo que damos por sentado, evidenciando sus incoherencias y disparates.
Dibujos animados para no sentir dolor tendrá una corta temporada en el teatro Casa de la Paz de la UAM del 9 al 25 de agosto, los viernes a las 20 h, sábado 19 h y domingo 18 h
Cuota de recuperación:
180 pesos entrada general
90 pesos estudiantes, INAPAM y comunidad UAM