Si muero joven, no quiero flores

¿Qué se hace con las pérdidas?
“Si muero joven, no quiero flores” cuenta la historia de El Cachorro, una estatua viviente que, junto con tres amigos, emprende un recorrido por todo el país saboreando la vida, porque saben que cuando se vive, no hay tiempo para pensar en la muerte. Pero ella también acecha si aprendiste a convertirte en estatua, y esa es una de las peores muertes. El Cachorro pasó de vivir en el arrebato de la vida al infortunio de la pérdida y a preguntarse incesantemente ¿dónde ponerla, ¿dónde tirarla, ¿dónde ocultarla? Parafinalmente, descubrir que ese camino es inútil porque la pérdida nos acompaña a donde quiera que vamos.
Créditos

Dramaturgia: Omar Amador
Versión y dirección: Cecilia Ramírez Romo *
Elenco: Omar Amador
Diseño de iluminación: Alita Escobedo**
Diseño Sonoro: Dulce Mariel *
Movimiento escénico: David Guevara P.
Diseño de escenografía y vestuario: Ricardo García Luna
Asistente de dirección: Odett Méndez
Producción general: Tlatolli creadores escénicos
Producción ejecutiva: Odett Méndez
Prensa y Difusión: Liz Basaldúa
Diseño gráfico: Aline Esperón
Texturización y atrezzo de vestuario: Jessica Herrera
Realización de dispositivo: Toño Garduño. Servicios Escénicos
Fotografía: Paulina Chávez y Yadira Andrade
Fotografía del póster: Aline Esperón

*Beneficiaria del Sistema de Apoyos a la Creación y a Proyectos Culturales (SACPC)
**Beneficiaria del programa Jóvenes Creadores 2023 del Sistema de Apoyos a la Creación y
Proyectos Culturales (Fonca)

Esta puesta en escena es un homenaje a la libertad.
Homenaje que ha resultado de un periodo largo y concienzudo de exploraciones a partir del texto, de investigación de campo con personajes reales y del descubrimiento de experiencias comunes en cuanto al gran tema de la obra: la pérdida.
Como planteamiento estructural de la escena, jugamos a darle voz a la calle misma, que atraviesa el espacio en momentos bien elegidos por cada uno de los elementos del equipo creativo; la iluminación recreará atmósferas, con sombras, líneas divisorias entre realidad, ficción, recuerdos, el afuera y el adentro de nuestro personaje y de la arquitectura del espacio, luz cálida contenida por un farol de calle, donde “El Cachorro” hace su aparición a partir de su oficio como estatua viviente. Luz fría en el afuera, lluvia, viento, descomposición de la imagen en fractales internos. El dispositivo escénico, también contará con elementos sorpresa que aparecerán y desaparecerán frente a nuestros ojos, apoyando la historia que viene contar el personaje.
En el planteamiento de diseño sonoro, junto con Dulce Mariel, contemplaremos fantasmagorías del pasado, voces diversas, atmósferas particulares que nos aludan al recuerdo de experiencias compartidas, sonidos amorfos que acompañarán al personaje en su andar por el país; personajes que entran y salen, la calle que toma la escena y nos arroja al pasado, en un presente mutilado.
El elenco está conformado por tres estatuas que se representan a sí mismas y nos ayudan a representar algunos pensamientos de El Cachorro y sus ausencias más presentes: un morro de Mazatlán, un par de brasileñas circenses, su padre, gente que pasa, palomas que sobrevuelan, niños que juegan, personajes que sostienen los recuerdos de una sola persona en escena.

Propuesta de dirección

Un actor, despojado de sí mismo, resiliente a las ausencias recientes, un ser entrañable que ha entendido al mundo desde los ojos de la calma y la inmovilidad externa y el rugir del motor interno.
Como su padre, El Cachorro es una estatua viviente que viaja por el mundo sirviéndose de su oficio para conquistar el camino, lo primero que aprendió a hacer, fue permanecer quieto y contar una historia con su estar. Cuando se mueve, su cuerpo reclama la posibilidad del movimiento, como tal, su energía tiene la misma potencia que su quietud. Se trabajará con el actor, en disociación, contemplando cada uno de sus estadios emocionales, como la provocación del siguiente movimiento; una supernova que explota y se contrae con la misma intensidad. Con el acompañamiento en el diseño de movimiento de David Guevara, estableceremos la ola de los personajes que arrasan al Cachorro, mientras nos cuenta su historia, buscaremos calidades de movimiento a partir de la música y danza callejera, el “pop it”, estilo de hip hop colocado en el cuerpo a partir de la contracción y distensión muscular. Se exportará la gama emocional más amplia del actor, entrando y saliendo de personaje, viajando entre las voces que lo acompañan,
como quien entra y sale de una estructura que siempre ha estado ahí.
Con esta conjunción de elementos colocados estratégicamente en la escena, construiremos una historia hilvanada por los recuerdos de un -joven estatua- que conoce la calle como receptáculo de su devenir por el mundo, lo acompañamos en su digresión sobre la realidad y viajamos con él y sus acompañantes, saboreando la vida con la libertad que solo la juventud puede arrojar.

BOLETOS EN TAQUILLA 
Cuota de recuperación para entrada general: $180.00
Estudiantes, INAPAM, Comunidad UAM: $90.00 (con presentación de credencial vigente)